Carmela estaba en la calle muy demacrada y asustada. No te podías acercar, por suerte una mujer le creó una rutina de comida y poco a poco fue confiando más hasta que se dejó coger. Sin embargo, no podía hacerse cargo de ella así que nos pidió ayuda. Desde entonces forma parte de nuestra familia y está a salvo en el refugio hasta que le encontremos un nuevo hogar donde la quieran para siempre. 

Carmela llegó siendo muy miedosa, a penas se quería acercar a nosotros y nos huía. Por suerte, desde que está con nosotros hemos intentado trabajar con ella y ha cambiado mucho. Ya viene a nuestro encuentro, coge chuches de la mano, e incluso se deja toquetear y acariciar.
Con desconocidos aún es bastante tímida, se debe tener precaución con los niños pequeños ya que debido a su desconfianza, los movimientos bruscos pueden asustarla. 

Con los de su especie sin embargo se entiende muy bien, comparte comida, siestas y juegos tanto con machos como con hembras. Carmela es una perrita joven, curiosa y activa, le gusta mucho correr y jugar con sus compañeros por el patio. Creemos que le vendría bien tener un hermano perruno en su nuevo hogar al que tomar de ejemplo.

No sabemos cuanto tiempo llevaría en la calle cuando fue rescatada pero no parece haber tenido mucho trato con personas anteriormente, alomejor era una perra de caza que no servía o la tenían en un cortijo o quizás siempre fue callejera… Ni siquiera sabe cómo pasear con correa, por lo que aún tiene mucho que aprender.

En los paseos al principio se la nota incómoda con el arnés, tiene mucho miedo a los ruidos en general, se paraliza y se tumba en el suelo (coches, barullo de gente… incluso ruidos más lejamos como el de un avión hacen que se asuste). La acompañamos para calmarla con palabras dulces y dejándole chuches en el suelo, hay veces que está tan concentrada en ellas que olvida que lleva el arnés y empieza a andar bien, también las va cogiendo de la mano lo cual es muy buena señal y nos deja ver que se puede trabajar con ella.

Si bien es cierto, en el refugio no tenemos el tiempo que nos gustaría y que requiere una perrita como Carmela, pero no nos cabe duda de que en un hogar estable, con gente en la que confíe y trabajen con ella mejoraría mucho. 

Carmela necesita personas con experiencia en perros asustadizos, que la acompañen en su camino hacia una nueva vida con mucho amor y paciencia. Su futura familia debe proporcionarle seguridad y rutina para que poco a poco se acostumbre a lo que aún teme y deje ver lo maravillosa que es.