SER CASA DE ACOGIDA
Cuándo son necesarias las casas de acogida:
- Los cachorros, que son más propensos a enfermar que los animales ya adultos y con sus vacunas en regla. En una casa estarán menos expuestos, y con mayor supervisión en cuanto a higiene, alimentación, etc. Intentamos que los cachorros no entren en el Refugio hasta que hayan pasado el periodo de vacunación completo para no poner en riesgo su salud.
- En el caso de gatos o perros abuelitos, son más vulnerables a contraer enfermedades y su atención y tranquilidad del entorno debe ser mucho mayor. A veces, llegan a nosotros animales muy mayores, acostumbrados a estar en una familia y sin relacionarse con otros animales. Adaptarse a unas condiciones tan diferentes, les causa mucho estres y/o tristeza. Los años hacen que sus facultades estén limitadas y es más difícil para ellos el desenvolverse en el refugio. Buscamos para estos viejitos Casas de Acogida que les garanticen tranquilidad y cariño hasta que alguien quiera adoptarlos.
- Así mismo, las casas de acogida son imprescindibles para animales enfermos o heridos. En una casa siempre podrán estar mejor aislados que en el Refugio, con menor riesgo de contagiar a otros animales o de que agrave su estado. Se le podrán administrar mejor los medicamentos y podrán recuperarse más rápida y fácilmente con el cariño y cuidados continuos de un hogar.
- Hay animales a los que les resulta muy difícil el adaptarse a la rutina diaria del Refugio. Se trata de animales que por alguna razón son más asustadizos no solo con las personas, sino también con los de su especie. En el primer caso, el contacto diario con una misma persona es imprescindible y en el segundo, los animales miedosos a veces no consiguen integrarse y lo pasan muy mal conviviendo con otros.
La importancia de las casas de acogida
El antes y después de Baraka
Baraka fue dejada a sus suerte tras ser atropellada, tenía rotas varias vértebras de la columna y había dos opciones: operarla y hacer rehabilitación diaria con la esperanza de que pudiera volver a caminar o dormirla directamente. Su casa de acogida hizo un trabajo maravilloso, pudo ser adoptada y bueno… una imagen vale más que mil palabras.
El antes y después de Vera
Vera pertenecía a una colonia callejera, el estrés de la calle y el frío bajaron sus defensas, dejó de comer y empezó a empeorar su salud. Era positiva a Inmunodeficiencia y Calicivirus. Fue rescatada y refugiada en una casa de acogida donde vivió feliz sus últimos años, disfrutando del calor y el cariño de un hogar.
El antes y después de Cris
Cris era la viva imagen de la miseria: heridas graves en todo el cuerpo, conjuntivitis, anemia, deshidratación, inflamación uterina y leishmaniasis a niveles muy altos. Se había arrastrado hasta una esquina para dejarse morir, no se movía. Así no podía entrar al refugio, sin una casa de acogida no hubieramos podido salvarla. Hoy luce así de preciosa, irreconocible.
El antes y después de Asia
Los gatos son muy flexibles, pueden encogerse y estirarse para entrar/salir de casi cualquier sitio. Asia estaba en la calle con un collar que casi provoca la amputación de una pata al meterla por dentro. Por suerte tras visitas veterinarias y vigilancia de cerca de su acogida se recuperó, y finalmente fue adoptada. Esto no es un caso aislado y nos recuerda la importancia de no poner collar a los felinos.
El antes y después de Gyda
Gyda cruzaba una carretera muy transitada cojeando. Resultó tener una fractura que necesitaba operarse lo antes posible, era la diferencia entre quedarse coja de por vida o volver a andar. Con los fijadores externos el post operatorio en el refugio era inviable, por suerte lo pasó en una casa de acogida y ahora cualquiera que la vea correr y saltar nunca pensaría que estuvo apunto de no hacerlo más.