Yoko fue encontrada atada a la puerta del refugio cuando llegaron l@s voluntari@s a hacer su turno, no sabemos nada más de su historia, pero ahí estaba… No podía entrar al refugio así que la llevamos a una residencia y pasó a ser parte de nuestra familia.
De esto hace ya 6 años y por desgracia, Yoko se ha convertido en una de nuestros invisibles; aún no hemos podido cumplir la promesa de encontrarle un nuevo y definitivo hogar, pero no nos rendimos.

A principios de 2023 notamos que tenía inflamación en su ojo izquierdo, lo tenía rojo y se veía viselado. Al no notar mejoría con el tratamiento le hicimos una ecografía ocular donde vieron que el origen podría ser un traumatismo y que había desprendimiento de retina en la parte posterior. Aunque por suerte parecía no dolerle, ese ojo ya no tenía visión y pese a que intentamos todo lo posible con medicación y colirios no mejoró, desarrolló un prolapso ocular que finalmente hubo que operar en enero de 2024. Ahora Yoko es nuestra piratilla particular pero puede hacer vida normal sin problema.
Yoko tienes leishmaniasis y necesita medicación para toda la vida. Actualmente está controlada así que su esperanza de vida no es necesariamente menor que la de un perro sano.

Yoko es ya una abuelita pero aún tiene energía, le gusta jugar y necesita dosis diaria de desfogue para gastar ser feliz, por lo que le vendría bien una familia que le proporcionase largos paseos. Le gusta mucho jugar con pelotas, y sobre todo con su kong. Antes podía pasarse todo su turno de patio queriendo que le tirases el kong, te ladraba y era casi obsesivo, si bien es cierto tras la operación parece haberse relajado al respecto y está más equilibrada.

Es una perra tímida pero sumisa, se deja manipular y se porta bien en el veterinario, aunque no le gusta mucho que la toqueteen nunca hace un mal gesto. En situaciones de miedo se tumba. Con los voluntarios que tiene más confianza se deja abrazar y besar e incluso se pone boca arriba a que le rasquen la tripita, pero también es independiente y sabe entretenerse sin la compañía humana. Creemos que podría adaptarse bien a los niños si ya son un poco mayores.

Se lleva bien con otros perros, pero no es especialmente sociable, estuvo un tiempo viviendo con otro perro pero no necesita mucho contacto con los de su especie, se entretiene bien sola. No sabemos qué opina de los gatos pero si su familia lo necesita se puede probar y aportar.

En los paseos va muy bien, se deja manipular aunque se nota extraña con el arnés, pero una vez puesto va corriendo a la puerta con ganas de salir. En la calle tira un poco, quizás por la falta de costumbre, pero no es algo exagerado, sabe ir tranquila olisqueando, sin miedos.

Yoko es cruce con Staffordshire Terrier, pertenece a la llamada lista de perros PPP y su adopción requiere licencia y seguro.
Sabemos que la adopción de Yoko no es sencilla, nuestra abuelita necesitaría una familia que sepa ver más allá de una raza, de unas carácterísticas físicas o una edad, y reconozca en Yoko lo que ella es: una perrita noble, juguetona, sensible… Yoko también merece un hogar.