Conocimos a Charol cuando nos contactaron para pedirnos ayuda con una perrita que dio a luz en una casa abandonada. Por desgracia los cachorros estaban enfermos de parvovirus y no pudimos hacer nada por ellos. Por suerte, Charol estaba bien y tras pasar el tiempo de cuarentena en una casa de acogida, entró al refugio.

Charol es de carácter más bien tímido, especialmente con extraños. No sabemos por qué habrá podido pasar antes de llegar a nuestra familia. Le cuesta mucho confiar en las personas, pero a pesar de su timidez, con calma y caricias se deja manipular y abrazar, con palabras dulces incluso te saluda simpática moviendo el rabito. Ha mejorado desde que entró aunque todavía se muestra tensa en situaciones de estrés ya que le es difícil superar su miedo… 

A pesar de su timidez con las personas, Charol es muy sociable con los de su especie, convive y comparte comida y juegos con machos y hembras. De hecho, creemos que tener un hermanito perruno en su nuevo hogar le ayudaría mucho a tomarlo de ejemplo y le brindaría mucha confianza.

Al principio en la calle iba muy asustada y hacía por huir, no parecía haber visto un arnés antes. Poco a poco va mejorando y tomando confianza, incluso coge chuches de la mano, aunque aún va inestable y tiene miedo de ruidos fuertes o inesperados cada día se la ve más suelta. Se anima mucho más si va con más perros aunque en general aún necesita mucha práctica, constancia y paciencia para poder evolucionar positivamente. 

Charol necesita personas que tengan experiencia en perros con su carácter, que le den el tiempo que necesita para acostumbrarse a todo con mucho amor y paciencia. En familias con niños pequeños hay que tener cuidado ya que Charol con movimientos bruscos se asusta y le genera mucha ansiedad.

Charol quiere estar rodeada de amor y confianza, con gente que la haga sentir segura y feliz el resto de su vida, ¡ella se lo merece!