Si tienes perro o gato, seguro que en primavera y verano has notado esas molestas espigas secas en parques y jardines. Lo que muchos dueños de mascotas no saben es que estas pequeñas hierbas pueden ser un gran peligro para la salud de nuestros peludos. Las espigas pueden clavarse en la piel, alojarse en los oídos, nariz, ojos o incluso ser ingeridas, causando infecciones y problemas graves.
¿Por qué las espigas son peligrosas para perros y gatos?
Las espigas son estructuras vegetales que se desprenden fácilmente de algunas plantas, especialmente en climas secos y calurosos. Su forma puntiaguda y su capacidad para adherirse a la piel y al pelo de los animales las convierten en una amenaza silenciosa. Algunas de las complicaciones más comunes que pueden causar las espigas en perros y gatos son:
- Infecciones cutáneas: Cuando una espiga se clava en la piel, puede generar abscesos y heridas infectadas.
- Otitis y problemas auditivos: Si la espiga entra en el oído, puede causar inflamación, dolor e infecciones graves.
- Problemas respiratorios: Si es inhalada por la nariz, puede quedar atrapada en las vías respiratorias, generando estornudos, secreciones y dificultad para respirar.
- Lesiones oculares: Las espigas también pueden alojarse en los ojos, provocando irritación, lágrimeo excesivo y hasta úlceras corneales.
- Trastornos digestivos: Si un perro o gato se traga una espiga, puede generar obstrucciones o perforaciones en el sistema digestivo.
Síntomas de que tu mascota tiene una espiga
Es importante estar atentos a cualquier señal que indique que nuestro perro o gato pueda tener una espiga incrustada. Algunos signos a los que debes prestar atención son:
- Lamido y mordisqueo excesivo en una zona específica del cuerpo.
- Sacudidas constantes de la cabeza, que pueden indicar una espiga en el oído.
- Estornudos repetidos y secreción nasal.
- Cojeo repentino, en caso de que la espiga se haya alojado en las patas.
- Ojos rojos, llorosos o inflamados.
- Pérdida de apetito o letargo, si la espiga ha sido ingerida o ha causado una infección grave.
¿Cómo evitar las espigas en perros y gatos?
Ahora que sabemos lo peligrosas que pueden ser las espigas en mascotas, veamos algunos consejos prácticos para prevenir problemas:
1. Evita zonas con muchas espigas
Durante los meses de primavera y verano, trata de pasear a tu perro en zonas donde no haya muchas hierbas secas. Los parques bien cuidados y los caminos pavimentados son opciones más seguras.
2. Cepilla y revisa a tu mascota después de cada paseo
Especialmente si tienes un perro de pelo largo, un buen cepillado diario ayudará a eliminar cualquier espiga que haya quedado atrapada en su pelaje. También revisa entre los dedos, las orejas y las axilas.
3. Mantén el pelo corto en zonas clave
Si tu mascota tiene el pelo largo, considera cortar el pelo de las patas, orejas y abdomen durante el verano. Esto reducirá el riesgo de que las espigas se adhieran.
4. Utiliza productos repelentes naturales
Algunas lociones y sprays naturales pueden ayudar a repeler las espigas y evitar que se adhieran al pelo de tu perro.
5. Presta atención durante los paseos
Si ves que tu perro empieza a sacudirse, lamerse o frotarse contra el suelo de manera repentina, revisa de inmediato para asegurarte de que no tenga una espiga clavada.
6. Consulta al veterinario si notas algo raro
Si sospechas que tu mascota tiene una espiga en el oído, nariz, ojo o alguna parte interna del cuerpo, acude al veterinario cuanto antes. No intentes extraerla por tu cuenta, ya que podrías empeorar la situación.
Conclusión
Las espigas pueden parecer inofensivas, pero representan un peligro real para la salud de nuestros perros y gatos. La prevención es clave para evitar problemas y mantener a nuestras mascotas seguras. Recuerda evitar zonas con muchas espigas, revisar el pelaje de tu mascota después de cada paseo y acudir al veterinario ante cualquier señal de alarma. Con estos sencillos consejos, podrás disfrutar del verano con tu amigo peludo sin preocupaciones.
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