Nala es una superviviente de la camada de una perra callejera. Sus hermanos murieron atropellados o simplemente desaparecieron. Ella es la única que pudimos rescatar y desde que llego al refugio, nos dejó claro que no quería trato con humanos. Esto es algo que vemos muy a menudo en perros que nacen salvajes en la calle y que durante sus primeros meses de vida no tienen contacto humano…

Con el paso del tiempo ha conseguido confiar un poco más, y ahora es capaz de coger chuches de tu mano si te conoce, pero nada más. Nala no se fía de los voluntarios, su madre le enseñó a que no confiara en la gente, y ella como buena hija, aprendió la lección. Por el contrario, sí que es muy sociable con los de su especie, machos y hembras, y se divierte en el patio, corriendo y jugando con sus compis.

Esa es nuestra Nala, tal vez algún día podamos demostrarle que no todos somos malos y que solo queremos mimarla y quererla. Seguiremos esperando a que ella esté preparada para aceptarnos.

Nala necesita una familia con experiencia y tiempo para trabajar con ella, no perdemos la esperanza de que encuentre a su familia definitiva, solo necesita una oportunidad de que pueda disfrutar un verdadero hogar.