Elisabeta vivía en una zona muy pedregosa, sin acceso a suficiente agua y comida. Tenía dueño, pero no la tenía como debía por lo que nos hicimos cargo de ella y desde entonces y entró a nuestro refugio donde espera un nuevo y definitivo hogar. 

Es un poco tímida y desconfiada al principio, prefiere mantener un poco la distancia pero si te muestras accesible y la llamas se acerca curiosa y disfruta de las caricias, nunca tiene un mal gesto, se deja coger en brazos y mimar. En el veterinario se porta muy bien y se puede manipular sin problema. Creemos que podría convivir con niños pero deberían ser más bien mayores para que no la agobien con sus juegos o movimientos bruscos. 

Con los de su especie se entiende muy bien, sabe compartir siestas así como juegos y carreras, tanto con machos como con hembras, es jovencita y por tanto muy juguetona.
Aunque es muy activa una vez sale en su turno de patio y juega mucho, también le gusta remolonear en la cama, probablemente porque nunca antes había tenido una camita cómoda y cálida, también le gusta tumbarse al solecito y disfrutar tranquila.

En los paseos todavía la vemos un poco inestable con la correa en entorno urbano, muchos estímulos que son nuevos para ella. En zonas de campo va más desenvuelta, no muestra miedo al caminar y va olisqueando con curiosidad todo lo que la rodea. En el coche se porta muy bien.

En resumen, Elisabeta es una perrita adorable y buena, y aunque sea un poco tímida, se nota que está deseando confiar y soltarse. Elisabeta nunca a vivido en una casa, aún necesita aprender un poco sobre los conceptos básicos y actualmente está aprendiendo a disfrutar de la vida en libertad. 

Nuestra Eli necesita gente activa, que la lleven a dar buenos paseos y disfrutar de la naturaleza, pero también con paciencia y ganas de acompañarla en su aprendizaje, poco a poco ya le vemos avanzar mucho y seguro que en un hogar terminará de soltarse y mostrar su verdadero carácter.