Conocimos  Turrón el pasado 30 de diciembre, cuando nos avisaron de que un perro estaba tumbado en la carretera, quizás cansado de dar vueltas perdido y hambriento…
Esquelético y helado de frío lo trajimos al refugio, y de la misma forma que nosotr@s dejamos atrás el 2020, él dejó atrás la mala vida de la calle para entrar a formar parte de nuestra familia. Debía estar deseando empezar su nueva vida, no hizo falta ponerle ni correa, obedeció desde el primer momento…

Cómo llegó en Navidad le pusimos de nombre Turrón, ¡aún sin saber que le vendría al pelo! Con lo mal que lo ha debido pasar y lo bueno que es… Su carácter es dulce, cariñoso, obediente, tranquilo, es un perrito estupendo.

El pobre está en los huesos y tiene heridas en ambas orejas, (3a foto) pero ya está a salvo, con mantitas calentitas, comida rica y recibiendo todo el cariño que podemos darle.

Turrón busca un hogar en el que ser feliz el resto de su vida, y olvidar los malos ratos que ha debido vivir. Tiene unos ojos color caramelo que enamoran, un carácter fantástico y cuando esté recuperado, nos dejará ver lo precioso que es también por fuera.