Nara fue encontrada por una familia que paseaba por un pueblo del cinturón de Granada. Como no podían quedársela, nos pidieron ayuda. No tenía chip ni identificación alguna y tampoco parecían buscarla… Estaba en muy malas condiciones, super delgada con los ojos pegados de legañas y la punta de la cola ensangrentada. No sabemos nada de su pasado, si se escapó a algún lado o fue abandonada, pero su historia ya ha cambiado, ahora está a salvo con nosotros y espera en una residencia a su nuevo hogar. 

Nara llegó al refugio bastante asustada y desorientada, pero pronto tomó confianza y con gente conocida, es muy cariñosa y mimosa. Con desconocidos es un poco tímida, se debe tener precaución con los niños pequeños debido a su desconfianza y sus gestos bruscos pueden asustarla. En el veterinario se deja manipular y no hace malos gestos, pero no le gusta se la nota en tensión y con miedo.

Acorde con su edad es una perrita más bien tranquila, no es muy juguetona, en los paseos camina un poco inestable con la correa y busca la cercanía de su humano. Es bastante cautelosa en situaciones desconocidas, pero los ruidos fuertes, los ciclistas o los coches, en cambio, no le asustan mucho. En el coche también va bien.

Nara tiene un carácter sociable se lleva bien con sus compis hembras y machos, pero no le gustan los perros nerviosos y se mantiene alejado de ellos. Si tuviera un hermano perruno debería tener un carácter tranquilo y saber respetar su espacio.

Esta preciosa doberman necesita gente comprensiva y paciente que le dé tiempo para acostumbrarse a todo y la acompañen en su camino hacia una nueva vida con mucho amor.