Kiwi apareció en Dúrcal, estaba solita merodeando la zona, quizás era de algún cortijo y la echaron a la calle… No tenía chip ni identificación alguna, y aunque se intentó buscar a sus dueños, nadie parecía buscarla. Así, nos pidieron ayuda y desde entonces forma parte de la gran familia del refugio hasta que le encontremos una propia.

Kiwi es una cachorrita joven y juguetona, acorde con su edad tiene mucha energía. Le gusta correr, saltar e investigar todo a su alrededor.

Con las personas tiene un caracter maravilloso, es muy buena, un poco timida al principio con quien no conoce pero en seguida hace buenas migas. Le gusta mucho tumbarse bocarriba y que le rasquen la tripita. En el veterinario también se porta muy bien y se deja manipular sin problema. No ha convivido con niños pero creemos que se harían buena compañía entre ellos, siempre que sean más bien mayores y se mantengan en pie para no caerse con sus juegos.

Estuvo una semana en casa de quien la encontró y convivió con una perrita mayor y un gato sin problema, si bien es cierto que habría que probar de nuevo ya que es muy poco tiempo. Parece haber pasado hambre y es un poco ansiosa con la comida pero no es algo preocupante.

Kiwi es una perrita joven, curiosa y activa, le gusta mucho correr y jugar con sus compañeros por el patio. Kiwi necesita personas activas, que la lleven a conocer mundo, a la playa, a la montaña, ¡o a donde sea! Sin duda será la mejor compi de aventuras.